El deporte como elemento de superación, como un lugar de encuentro abierto a todos y a todas, sin barreras ni exclusiones, abriendo la puerta al desarrollo personal y social de las personas que lo practican. Esto es particularmente así para las personas con discapacidad.
Los Juegos Paralímpicos surgieron en una pequeña reunión celebrada en 1948 en Inglaterra por excombatientes discapacitados, organizándose las primeras competiciones coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Londres del mismo año. Se inspiran en los principios de la promoción del esfuerzo físico y moral, de la educación de la juventud en un espíritu de respeto mutuo, de tolerancia y fraternidad.
El deporte para las personas con discapacidad comporta la superación como una meta, de un lado superar obstáculos externos que dificultan el acceso al deporte por parte de estas personas, y de otro lado la auto superación. Es un reto para la igualdad respetando las diferencias, para ello es necesario adaptar el deporte a las limitaciones funcionales de las personas con discapacidad y es igualmente necesario eliminar las barreras, no sólo las físicas, fundamentalmente las mentales y sociales. Es un elemento que facilita la integración social, la cooperación, la solidaridad, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia a un grupo.
Nuestros deportistas han cosechado magníficos resultados en los Juegos en los que han participado; consecuencia en primer lugar de la capacidad de esfuerzo, sacrificio, disciplina y superación de nuestros paralímpicos, y también, consecuencia del esfuerzo colectivo coordinado por el Comité Paralímpico Español en el que las administraciones del Estado y las empresas patrocinadoras juegan un importante papel.
España es una de las grandes potencias a nivel mundial, así lo evidencian las 513 medallas conseguidas por nuestros atletas en los doce Juegos Paralímpicos de verano celebrados desde Roma 1960, 71 de ellas en Atenas 2004. Estamos en el décimo puesto en el histórico de las grandes potencias mundiales.
Consciente de la necesidad de que los deportistas paralímpicos deben tener las mismas oportunidades y ayudas que sus compañeros olímpicos de cara a su preparación para los Juegos, el Gobierno impulsó el plan ADOP, 'Plan de Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico' 2005-2008. Plan que partió con un presupuesto inicial de 7 millones de euros y que ha alcanzado los 17,5 millones procedentes de una veintena de instituciones y empresas patrocinadoras.
La llama de la antorcha paralímpica, símbolo máximo de los Juegos Paralímpicos, comenzó su andadura en el Templo del Cielo de Pekín el 28 de agosto, realizará un recorrido de 13.181 kilómetros que finalizará el 5 de septiembre. Cada relevista de la antorcha olímpica nos hará presente el espíritu olímpico, la confraternización del espíritu de equipo, la superación personal en el esfuerzo por conseguir una meta, la importancia del conocimiento por parte de la sociedad del valor del deporte en el desarrollo de las personas con discapacidad.
Pierre de Coubertin, impulsor y organizador de los primeros Juegos Olímpicos de la Modernidad celebrados en Atenas en 1896, durante la cena de clausura de los Juegos, celebrada el 25 de julio, con una dimensión formadora y educativa, como pedagogo que era, manifestó: «Lo importante es participar, más que vencer», añadiendo: «Lo importante en la vida no es el triunfo sino la lucha, lo esencial no es haber vencido, sino haberse batido bien. Extender estas ideas es preparar una humanidad más valiente, más fuerte, más escrupulosa y por tanto más abnegada» y «recordad estas palabras, que se extienden a todos los terrenos, hasta formar la base de una filosofía serena y sana». Los deportistas paralímpicos son el mejor ejemplo del sentido de la frase del Barón de Coubertin.
Los Juegos Paralímpicos surgieron en una pequeña reunión celebrada en 1948 en Inglaterra por excombatientes discapacitados, organizándose las primeras competiciones coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Londres del mismo año. Se inspiran en los principios de la promoción del esfuerzo físico y moral, de la educación de la juventud en un espíritu de respeto mutuo, de tolerancia y fraternidad.
El deporte para las personas con discapacidad comporta la superación como una meta, de un lado superar obstáculos externos que dificultan el acceso al deporte por parte de estas personas, y de otro lado la auto superación. Es un reto para la igualdad respetando las diferencias, para ello es necesario adaptar el deporte a las limitaciones funcionales de las personas con discapacidad y es igualmente necesario eliminar las barreras, no sólo las físicas, fundamentalmente las mentales y sociales. Es un elemento que facilita la integración social, la cooperación, la solidaridad, el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia a un grupo.
Nuestros deportistas han cosechado magníficos resultados en los Juegos en los que han participado; consecuencia en primer lugar de la capacidad de esfuerzo, sacrificio, disciplina y superación de nuestros paralímpicos, y también, consecuencia del esfuerzo colectivo coordinado por el Comité Paralímpico Español en el que las administraciones del Estado y las empresas patrocinadoras juegan un importante papel.
España es una de las grandes potencias a nivel mundial, así lo evidencian las 513 medallas conseguidas por nuestros atletas en los doce Juegos Paralímpicos de verano celebrados desde Roma 1960, 71 de ellas en Atenas 2004. Estamos en el décimo puesto en el histórico de las grandes potencias mundiales.
Consciente de la necesidad de que los deportistas paralímpicos deben tener las mismas oportunidades y ayudas que sus compañeros olímpicos de cara a su preparación para los Juegos, el Gobierno impulsó el plan ADOP, 'Plan de Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico' 2005-2008. Plan que partió con un presupuesto inicial de 7 millones de euros y que ha alcanzado los 17,5 millones procedentes de una veintena de instituciones y empresas patrocinadoras.
La llama de la antorcha paralímpica, símbolo máximo de los Juegos Paralímpicos, comenzó su andadura en el Templo del Cielo de Pekín el 28 de agosto, realizará un recorrido de 13.181 kilómetros que finalizará el 5 de septiembre. Cada relevista de la antorcha olímpica nos hará presente el espíritu olímpico, la confraternización del espíritu de equipo, la superación personal en el esfuerzo por conseguir una meta, la importancia del conocimiento por parte de la sociedad del valor del deporte en el desarrollo de las personas con discapacidad.
Pierre de Coubertin, impulsor y organizador de los primeros Juegos Olímpicos de la Modernidad celebrados en Atenas en 1896, durante la cena de clausura de los Juegos, celebrada el 25 de julio, con una dimensión formadora y educativa, como pedagogo que era, manifestó: «Lo importante es participar, más que vencer», añadiendo: «Lo importante en la vida no es el triunfo sino la lucha, lo esencial no es haber vencido, sino haberse batido bien. Extender estas ideas es preparar una humanidad más valiente, más fuerte, más escrupulosa y por tanto más abnegada» y «recordad estas palabras, que se extienden a todos los terrenos, hasta formar la base de una filosofía serena y sana». Los deportistas paralímpicos son el mejor ejemplo del sentido de la frase del Barón de Coubertin.
Este es un video homenaje al equipo de natación que participó en los Juegos Paralímpicos de Beijing.
Este artículo lo he obtenido de una página web: http://www.ideal.es/granada/20080831/opinion/valores-olimpismo-juegos-paralimpicos-20080831.html, aunque he modificado un poco su contenido. Personalmente, lo más importante de los juegos paralímpicos es ver como esas personas que por unos motivos u otros han tenido una discapacidad, son capaces de superarse llegar a conseguir unas metas que muy pocos consiguen. Creo que ellos mismos se sienten valiosos, que sirven para algo, que su vida tiene sentido.
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